En los tiempos remotos, cuando el mundo todavía era joven, habitaba en las tierras de Kalevala, una tribu de perros, salvaje y libre. En la vecina y oscura Pohjola vivía el clan de los lobos, feroces y malignos. Y en medio residía el pequeño pero tenaz pueblo de los gatos. Los encantamientos, y los monstruos que estaban por todas partes no ayudaban, precisamente, a vivir en paz. Furiosas peleas e increíbles aventuras se sucedían sin fin.